La ovejita que vino a cenar
Imagínate. Tienes la nevera vacía y no te queda otra que improvisar una cena con tres cosas que no te apetecen nada. En ese momento, llaman a la puerta. ¡Sorpresa! Tu pareja te sorprende con tu plato favorito. Pues algo parecido le pasa al lobo en esta historia. Una entrañable historia de amistad La noche en la que el lobo se prepara una sopa de verduras mientras piensa en un buen estofado, llama a la puerta una tierna ovejita. ¿Se la come? ¿Hace como el lobo feroz de caperucita? Pues no. Primero la pone al lado de la chimenea, no se puede comer una ovejita que tiene frío… ni que…